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Joaquín Hernández Sifuentes, el sacerdote que fue encontrado muerto en Parras de la Fuente el jueves al mediodía, pudo haber sido asesinado por un intento de abuso sexual contra una de las personas que lo acompañaban.
Por ello, reaccionó de forma violenta y entre los golpes logró someterlo hasta asfixiarlo.
El tercer acompañante recriminó a Jesús por lo ocurrido, pero le ayudó a esconder el cuerpo.